¿Es viable el combustible de amoníaco como alternativa para los coches diésel y de gasolina?

A partir del año 2035 los países miembros de la Unión Europea sólo podrán vender vehículos nuevos de cero emisiones, un hecho que le pone fecha de caducidad al diésel y la gasolina como combustibles. Ahora, esto no significa que los motores de combustión también se vayan con ellos. 

Tras la presión de países fabricantes como Alemania, Italia y Francia, se ha acordado que el motor de combustión puede mantenerse. Pero para ello, este tipo de coches deberán estar impulsados por combustibles neutros.

Esta decisión ha llevado a los fabricantes de coches a plantearse nuevas alternativas al diésel y la gasolina. Aunque entre las opciones más nombradas se encuentran las pilas de hidrógeno, una de ellas también podría ser el amoníaco. Pero ¿esta es una solución viable? Descubre nuestras ofertas de renting de coches y te damos la respuesta. 

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¿Es el combustible de amoníaco una alternativa mejor que el de hidrógeno?

A la hora de hablar del amoníaco como combustible alternativo es imposible no hacer una mención al hidrógeno. Esta es una solución que se ha venido estudiando más en profundidad y, de hecho, muchos fabricantes se han planteado la idea de emplear motores de combustión interna con hidrógeno o utilizarlo como pila de combustible para alimentar motores eléctricos. 

La cuestión es que para utilizar el hidrógeno hace falta superar diversos retos y problemáticas de producción, almacenamiento, distribución, costes, seguridad y limitaciones de infraestructura.

El amoníaco presenta varias ventajas con relación a las demás opciones de combustibles neutros. Su transporte, almacenamiento y proceso de tratamiento en cualquier estado es mucho más sencillo. Gracias a esto, está destinado a ser una de las fuentes energéticas más importantes en otros sectores en los que la electrificación no es tan factible como, por ejemplo, el transporte marítimo. 

Las investigaciones con el amoníaco dentro del mundo del motor no están tan avanzadas. Pero, entre las diversas fórmulas que se han empleado para hacer funcionar motores pequeños, los mejores resultados se han obtenido cuando se combina con una pequeña porción de hidrógeno. 

Esta combinación de hidrógeno con amoníaco podría reducir hasta un tercio las emisiones generadas por los motores de gasolina y diésel. La cuestión está en que la fórmula seguirá acarreando los problemas del hidrógeno como combustible. 

A esto también hay que sumarle la falta de estructura para la producción de amoníaco. Actualmente, obtenerlo de manera sostenible es casi tan costoso como la extracción del petróleo. Otro factor que lo descarta de momento es el hecho de que en su estado líquido se quema lentamente, lo cual le restaría potencia al motor.

Si esta solución pudiese seguir adelante, estaríamos ante una alternativa válida para sustituir al diésel o la gasolina en motores de combustión. De hecho, también podría ser una muy buena opción para la producción de coches híbridos e híbridos enchufables. 

Antecedentes del amoníaco como combustible para automóviles 

El amoníaco ya ha sido utilizado en Europa como alternativa al diésel. Esto sucedió en Bélgica, en el año 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. El país había sido ocupado por Alemania y el servicio de transporte tuvo que detener su actividad por falta de gasóleo. 

Ante la emergencia, los belgas se vieron en la necesidad de buscar soluciones alternativas y la más accesible era el amoníaco. En abril de 1943 se puso en marcha el primer autobús para transporte de pasajeros y meses después le siguieron otros ocho vehículos. Aunque fue un caso puntual, en cierta forma marcó un precedente para la época en la que nos encontramos. 

El primer motor impulsado por amoníaco 

La empresa china GAC Motor (Guangzhou Automobile Group) anunció que han estado trabajando en un motor de automóvil diseñado para funcionar con amoníaco como combustible. 

Tras sus últimas pruebas, la empresa asegura que este motor es capaz de alcanzar una potencia de 163CV y reducir en un 90% las emisiones de CO y CO2 con respecto a los de gasolina y diésel. Unos niveles de rendimiento bastante competentes. 

Según GAC Motor, este nuevo motor utiliza mecanismos de combustión interna muy parecidos a los ya existentes, por lo cual facilitaría la transición hacia esta nueva alternativa de movilidad con cero emisiones. Incluso han asegurado que los problemas de baja inflamabilidad del amoníaco ya han sido superados con éxito. 

Estos datos crean una increíble perspectiva a futuro. Sin embargo, este nuevo motor impulsado por amoníaco se encuentra aún en fase de prueba y lograr su producción masiva podría tardar un buen tiempo. 

¿El combustible de amoníaco puede ser realmente una solución viable para el año 2035? 

Para que el amoníaco pueda llegar a ser un combustible viable primero habría que superar ciertas dificultades básicas. Aunque tiene bajas emisiones de CO2 y CO, su combustión genera altos niveles de óxido de nitrógeno (NOx), uno de los gases más tóxicos y dañinos para los humanos. Además, para su manipulación se requiere de toda una infraestructura de seguridad con la que el sector del motor aún no cuenta. 

Todas estas problemáticas tienen solución y el amoníaco sí podría llegar a ser un combustible viable en el futuro, pero para esto se requiere de investigación, recursos, desarrollo y tiempo. Todo este proceso podría llevar años, algo que no entra en los planes de muchos de los fabricantes que necesitan soluciones rápidas. 

El futuro del amoníaco como alternativa al diésel y a la gasolina para impulsar motores de combustión es incierto. Por este motivo, los expertos recomiendan optar por los coches eléctricos como respuesta a las medidas de la Unión Europea. 

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