¿Cuáles son las provincias españolas con más puntos de carga para coches eléctricos?
En el contexto de la transición hacia una movilidad más sostenible, el vehículo eléctrico pretende adquirir una importancia cada vez mayor en España. La expansión de la red de puntos de recarga es un factor clave para fomentar su adopción, ya que una infraestructura adecuada puede disipar la ansiedad por la autonomía eléctrica, uno de los principales frenos a la hora de adquirir un coche de estas características
Aunque el despliegue de estos puntos no ha sido uniforme, algunas provincias se han consolidado como líderes en infraestructura de recarga, lo que tiene un impacto directo en el desarrollo de la movilidad eléctrica. Desde el renting de coches eléctricos analizamos cuáles son las provincias españolas con más puntos de carga y qué factores explican esta distribución.
Madrid y Barcelona lideran el ranking nacional
De acuerdo con los datos más recientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), así como del Barómetro de Electromovilidad de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), las provincias que encabezan el ranking de puntos de recarga para coches eléctricos son Madrid y Barcelona. Esta posición se explica tanto por la densidad de población como por el mayor parque automovilístico en ambas provincias, además de las políticas locales que incentivan la movilidad eléctrica.
En el caso de Madrid, se estima que hay más de 3.500 puntos de recarga públicos, mientras que Barcelona supera los 3.000, según cifras de la plataforma Electromaps y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Ambas ciudades cuentan con estrategias específicas que promueven el coche eléctrico, incluyendo subvenciones para la instalación de puntos de carga en garajes comunitarios, exenciones fiscales, zonas de bajas emisiones y planes municipales de electrificación de flotas.
Además, las redes de transporte compartido —como carsharing y motosharing— han acelerado la necesidad de una infraestructura pública amplia, lo que ha llevado a los ayuntamientos a colaborar con empresas privadas para expandir los puntos de recarga.
Valencia y Alicante: impulso desde el Levante
La Comunidad Valenciana ha experimentado un notable crecimiento en su red de carga, especialmente en las provincias de Valencia y Alicante. En ambas, el número de puntos de recarga públicos ha superado ya los 1.000, de acuerdo con el Observatorio de Infraestructura de Recarga de AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica).
Este crecimiento está vinculado con el dinamismo del sector turístico, además de la alta población, que ha motivado la instalación de cargadores en hoteles, centros comerciales, parkings y estaciones de servicio. A esto se suman los programas autonómicos de ayudas al vehículo eléctrico, como el Plan Moves III, que ha tenido una fuerte acogida en esta comunidad.
Asimismo, el Puerto de Valencia y otras instalaciones logísticas están apostando por la electrificación del transporte, lo que impulsa una mayor inversión en infraestructura para vehículos cero emisiones.
Málaga y Sevilla: la electromovilidad avanza en Andalucía
En el sur del país, Málaga y Sevilla destacan como las provincias andaluzas con más puntos de carga para vehículos eléctricos. Ambas superan ya los 800 puntos y están experimentando un crecimiento constante, en parte gracias a iniciativas privadas y la participación de municipios en programas de innovación urbana.
Málaga, además de ser un polo tecnológico, ha sido seleccionada como ciudad piloto para varios proyectos de movilidad sostenible. Empresas como Endesa X, Iberdrola o Wenea han instalado cargadores rápidos y semi-rápidos en diferentes localizaciones de la provincia, con el objetivo de cubrir tanto los desplazamientos urbanos como los interurbanos.
Sevilla, por su parte, se ha beneficiado del desarrollo del Corredor Mediterráneo y la conexión con Extremadura y Portugal, lo que ha favorecido el despliegue de puntos de recarga en zonas estratégicas, como autovías y áreas de servicio.
Bizkaia y Gipuzkoa: el liderazgo del norte
El País Vasco es una de las comunidades con mayor grado de electrificación del parque móvil, y las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa han desempeñado un papel clave en esta evolución. Con cerca de 700 puntos de recarga cada una, según datos de Repsol y Electromaps, ambas se sitúan entre las diez provincias españolas con mayor número de estaciones de carga.
La fuerte apuesta institucional por la sostenibilidad, sumada a un tejido industrial innovador, ha propiciado la colaboración público-privada en la instalación de puntos de recarga tanto en entornos urbanos como rurales. Además, las cooperativas energéticas de la zona han contribuido al desarrollo de redes de carga comunitarias que mejoran la accesibilidad para todos los usuarios.
Baleares: movilidad eléctrica en territorios insulares
A pesar de su tamaño reducido, las Islas Baleares —especialmente Mallorca— presentan un número elevado de puntos de recarga, con más de 600 instalaciones públicas. Este dato resulta destacable si se considera la menor densidad de población respecto a otras provincias.
El éxito de la electrificación en el archipiélago se explica por la apuesta del Govern Balear por un modelo de transporte sostenible, donde los coches eléctricos juegan un papel central. Desde 2022, todos los coches de alquiler nuevos en la isla deben ser eléctricos o híbridos enchufables, lo que ha obligado a las empresas del sector a instalar su propia red de recarga. Además, la insularidad favorece los desplazamientos cortos, lo que se adapta perfectamente a las características técnicas de los coches eléctricos actuales.

Factores que explican la distribución de los puntos de carga
La concentración de puntos de carga en determinadas provincias responde a una combinación de factores que van desde la densidad de población hasta la planificación institucional y las condiciones económicas y geográficas. Las áreas metropolitanas, como Madrid y Barcelona, requieren mayor infraestructura por el volumen de tráfico, mientras que en las zonas rurales o menos pobladas, la instalación de puntos de recarga sigue siendo más limitada por la baja rentabilidad para los operadores privados.
Otro factor clave es la existencia de corredores de movilidad eléctrica. Proyectos como el Corredor Atlántico y el Corredor Mediterráneo han incentivado la instalación de cargadores rápidos en las principales rutas de transporte. Estos corredores no solo permiten viajes interprovinciales con coches eléctricos, sino que también fomentan el desarrollo económico asociado al turismo y la logística sostenible.
Las políticas autonómicas también tienen un papel fundamental. Algunas comunidades autónomas han diseñado planes estratégicos para el desarrollo de la movilidad eléctrica, estableciendo objetivos concretos de puntos de recarga por cada mil habitantes, mientras que otras han adoptado enfoques más generalistas.
El reto de la interoperabilidad y el mantenimiento
Más allá del número de puntos de carga, uno de los desafíos más importantes del sector es garantizar la interoperabilidad entre redes y el mantenimiento adecuado de las estaciones existentes. Según un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cerca del 20 % de los puntos de recarga en España están fuera de servicio en algún momento del año, debido a averías o falta de mantenimiento.
Además, el hecho de que muchas estaciones pertenezcan a redes cerradas —que requieren apps o tarjetas específicas— complica el acceso universal para los conductores. En este sentido, se están impulsando normativas que obligan a los operadores a ofrecer información en tiempo real y facilitar la interoperabilidad entre plataformas.
Perspectivas a corto y medio plazo
España todavía se encuentra lejos de los objetivos europeos en cuanto a número de puntos de recarga por cada 100 kilómetros. Según la Comisión Europea, se necesitan al menos 1,3 millones de puntos de recarga públicos en toda Europa para 2030, y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contempla alcanzar los 100.000 puntos en España para 2030. Actualmente, la cifra ronda los 30.000.
Para lograr este objetivo, será necesario reforzar la colaboración entre el sector público y el privado, acelerar los trámites administrativos para la instalación de cargadores y garantizar que todas las provincias, no solo las más pobladas, cuenten con una infraestructura mínima que permita la adopción masiva del coche eléctrico.
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