¿Por qué no funciona el limpiaparabrisas? Posibles causas y soluciones
El limpiaparabrisas es uno de esos elementos del coche a los que no se les da la suficiente importancia hasta que empiezan a fallar. Aunque su funcionamiento sea básico y sencillo, lo necesitamos para visualizar correctamente la carretera y garantizar la seguridad vial, evitando así numerosos accidentes y mejorando la experiencia de conducción, tanto la tuya como la del resto de conductores.
Estos elementos del coche pueden ser menos cuidados que otras piezas que se consideran de mayor importancia, como el motor o los neumáticos, lo que provoca que se terminen estropeando. Desde el renting de coches te explicamos las posibles causas de su mal funcionamiento, así como las soluciones para inconvenientes creados por averías en el limpiaparabrisas.
¿Cuáles son las posibles causas de que no funcione el limpiaparabrisas?
Las causas de que el limpiaparabrisas no funcione correctamente son variadas, y puede deberse a problemas en distintas piezas de estos elementos. Te contamos las más comunes y en qué consisten:
1. Escobillas desgastadas o dañadas
Las escobillas son componentes fundamentales para un correcto funcionamiento del limpiaparabrisas. Con el tiempo se desgastan, se endurecen o se rajan, perdiendo su capacidad de limpiar eficazmente el parabrisas. Además de las rayas y zonas sin limpiar, las escobillas dañadas pueden producir un ruido chirriante o vibrante al activar el limpiaparabrisas. Este ruido se debe a la fricción entre la goma endurecida y el cristal.
La solución más obvia es reemplazar las escobillas por unas nuevas. Es importante elegir escobillas de buena calidad y que sean compatibles con el modelo de tu vehículo. Al cambiar las escobillas, asegúrate de limpiar a fondo el parabrisas para eliminar cualquier residuo que pueda dañar las nuevas.
2. Brazos del limpiaparabrisas dañados
Los brazos son los encargados de sujetar las escobillas y garantizar su correcto movimiento. Si están doblados, torcidos o presentan grietas, provocadas tanto por la suciedad como por distintos factores, las escobillas no se presionarán de manera uniforme contra el parabrisas, lo que resultará en una limpieza deficiente. Además, un brazo dañado puede provocar que las escobillas se salgan de su posición o que se atasquen.
Si los brazos están doblados o rotos, deberán ser reparados o reemplazados. En algunos casos, puede ser suficiente enderezar un brazo ligeramente doblado, pero si el daño es severo, será necesario reemplazarlo.
3. Motor del limpiaparabrisas defectuoso
El motor es el corazón del sistema de limpiaparabrisas. Si se quema, se atasca o presenta algún tipo de desgaste, las escobillas no se moverán o lo harán de manera intermitente. En algunos casos, podrás escuchar un zumbido o un ruido extraño proveniente del compartimento del motor al intentar activar el limpiaparabrisas.
La sustitución del motor del limpiaparabrisas es una tarea que suele requerir conocimientos técnicos y herramientas especializadas. Lo ideal es llevar el vehículo a un taller mecánico para que un profesional realice la reparación.
4. Mecanismo de transmisión dañado
El mecanismo de transmisión conecta el motor con las escobillas y permite su movimiento. Si alguna pieza de este mecanismo está dañada, rota o desgastada, el movimiento de las escobillas se verá afectado. Los síntomas más comunes incluyen un movimiento irregular de las escobillas, un ruido metálico al activar el limpiaparabrisas o que las escobillas se detengan.
La reparación del mecanismo de transmisión puede ser compleja y requerir la desinstalación de varias piezas. Si sospechas que el problema está en el mecanismo de transmisión, es recomendable llevar el vehículo a un taller mecánico para que lo revisen.
5. Fusible quemado
Los fusibles protegen los circuitos eléctricos del vehículo. Si el fusible del limpiaparabrisas se quema debido a una sobrecarga o un cortocircuito, el circuito se interrumpirá y el limpiaparabrisas dejará de funcionar. Además del fallo del limpiaparabrisas, otros componentes eléctricos que compartan el mismo fusible podrían dejar de funcionar.
Para solucionar este problema, deberás localizar la caja de fusibles de tu coche, identificar el fusible del limpiaparabrisas y reemplazarlo por uno nuevo del mismo amperaje. Es importante verificar que el nuevo fusible esté bien colocado y que no haya ningún cortocircuito en el circuito.
6. Relés defectuosos
Los relés son dispositivos electromecánicos que controlan el flujo de corriente eléctrica hacia el motor del limpiaparabrisas. Si un relé está defectuoso, el motor no recibirá la señal necesaria para funcionar. Los síntomas pueden incluir un funcionamiento intermitente del limpiaparabrisas, dificultad para activarlo o un retraso en la respuesta al activar el interruptor.
La sustitución de un relé es una tarea relativamente sencilla, pero requiere conocimientos básicos de electricidad. Deberás localizar el relé defectuoso, desconectarlo y reemplazarlo por uno nuevo.
7. Cables o conexiones dañados
Los cables que conectan el interruptor del limpiaparabrisas con el motor pueden dañarse debido a la corrosión, el desgaste o un cortocircuito. Un cable dañado puede provocar un funcionamiento intermitente del limpiaparabrisas, un completo fallo del sistema o incluso un cortocircuito en el sistema eléctrico del vehículo.
Si los cables o las conexiones están dañados, deberán ser reparados o reemplazados. En algunos casos, puede ser suficiente limpiar los contactos oxidados, pero si los cables están rotos, será necesario reemplazarlos por unos nuevos.
8. Interruptor del limpiaparabrisas defectuoso
El interruptor es el encargado de enviar las señales eléctricas al motor del limpiaparabrisas. Si el interruptor está dañado o desajustado, el limpiaparabrisas no responderá a las órdenes del conductor. Los síntomas pueden incluir un funcionamiento errático del limpiaparabrisas, un retraso en la respuesta o un fallo completo del sistema.
La sustitución del interruptor del limpiaparabrisas suele requerir la desinstalación de varias piezas del panel de instrumentos. Es recomendable llevar el vehículo a un taller mecánico para que un profesional realice la reparación.
9. Hielo o nieve
En condiciones climáticas extremas, el hielo o la nieve pueden acumularse en el parabrisas y las escobillas, impidiendo su correcto funcionamiento. Además, el frío puede afectar la viscosidad del líquido limpiaparabrisas, dificultando su distribución. Para solucionar este problema, deberás utilizar un descongelante para el parabrisas o agua caliente (con precaución para evitar daños en el cristal). Una vez que el hielo se haya derretido, podrás activar el limpiaparabrisas.
10. Falta de líquido limpiaparabrisas
El líquido limpiaparabrisas es esencial para lubricar las escobillas y eliminar la suciedad del parabrisas. Si el depósito está vacío o el nivel es bajo, las escobillas se moverán en seco, lo que puede causar rayas en el cristal y dañar las escobillas.
Para solucionar este problema, simplemente debes rellenar el depósito de líquido limpiaparabrisas con el producto adecuado. Es importante utilizar un líquido limpiaparabrisas de buena calidad y que sea compatible con las condiciones climáticas.
En definitiva, un limpiaparabrisas estropeado puede deberse a múltiples causas, en muchas ocasiones difíciles de identificar. Asimismo, es posible solucionar estos problemas si son básicos y se tienen los conocimientos adecuados para ello, pero lo más recomendable siempre será llevarlo a un taller mecánico. El renting de coches te permite reparar cualquier avería sin pagar, al contar con una única cuota mensual fija que incluye todos los gastos asociados al vehículo.
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