Descubre en coche la ruta de los pueblos blancos de Andalucía
En esta entrega te invitamos a viajar por el sur de España: descubre en coche la ruta de los pueblos blancos de Andalucía.
La provincia de Andalucía es una de las más visitadas del país. Posiblemente esto se debe a la conjugación de su fascinante pasado moro con palacios e iglesias medievales, jardines y mezquitas, a lo que se suman las reservas ecológicas y la cercanía del mar.
Pero sin duda, uno de los mayores atractivos de Andalucía son sus pueblos blancos, y recorrerlos en coche en cualquier época del año es un regalo para los sentidos. Si bien hay pueblos bonitos por toda España, hay tantos en Andalucía que apenas hemos podido traer aquí unos cuantos.
De Cádiz a Medina Sidonia
Para comenzar esta ruta, partiremos de Cádiz hacia el primer pueblo blanco que visitaremos, Medina Sidonia, considerado “el Balcón de la Bahía”. Para llegar toma la A-408 durante 41,5 kilómetros, llegarás en poco más de media hora.
Uno de los atractivos de este pueblo es el Conjunto Histórico Artístico, con su muralla, lienzos y arcos monumentales. Algunos de estos arcos son el de la Pastora, el arco de Belén y el arco Puerta del Sol.
Y no puedes dejar de visitar el Castillo de Medina y la atalaya. Disfruta desde allí de sus vistas a los restos de las tres fortificaciones: árabe, romana y medieval. Conoce también la iglesia de Santa María y de la Victoria, la Plaza de España, la calle San Juan y los museos etnográficos y de arqueología.
En cuanto a la gastronomía, por su ubicación geográfica se destacan en los platos el marisco, el pescado blanco y el azul, los mejillones, las almejas, los chocos y los calamares.
De Medina Sidonia a Arcos de la Frontera
Para llegar a este segundo pueblo, toma durante 37 minutos la A-389; son apenas unos 40 kilómetros. Arcos de la Frontera se encuentra en lo alto de un acantilado. Aparca tu coche y recorre sus empinadas calles empedradas llenas de encanto.
Hay mucho que ver ahí, como el Callejón de las Monjas y la iglesia de Santa María. Esta data de los siglos XIV-XV y es de origen mudéjar, pero fue convertida en iglesia gótica y contiene el convento de la Encarnación.
Además, en la Plaza del Cabildo, ubicada en el Casco Central, puedes visitar el Ayuntamiento, el parador y sus miradores, como el “balcón del coño”. El origen de este curioso nombre autoexplicativo y un tanto escatológico está en que la gente al asomarse, exclamaba por la impresión: “¡Ay, coño, qué alto está esto!” Bien merecen una visita el castillo de los Ponce de León, el barrio árabe y el reloj solar.
Como si fuera poco, durante la época navideña comienza la buñuelada, donde sirven buñuelos gratis. Pero en cualquier época del año debes probar su comida típica: el gazpacho, el abajao, el ajo molinero, la alboronía y la espoleá.
De Arcos de la Frontera a Bornos
El pueblo blanco de Bornos es conocido por su patrimonio artístico y paisajes. Para llegar desde Arcos de la Frontera el trayecto te llevará apenas 10 minutos por la carretera de Antequera y luego la A-384, en total son 11,1 kilómetros.
Es un pueblo pequeño pero lleno de encanto. Puedes recorrerlo en un día visitando la iglesia parroquial Santo Domingo de Guzmán del siglo XVI, la plaza central, el Castillo Palacio de los Ribera y el Convento de Corpus Christi.
En Bornos se encuentran también el Colegio de la Sangre, la Casa Ordóñez, la iglesia de la Resurrección, la Casa de la Cilla y el Molino del Arco. Y por supuesto, el embalse se puede apreciar desde el embarcadero.
Algunos de sus platos típicos son los guisos de cerdo especiados, las sopas de espárragos, los cocidos de berzas de tagarninas, los garbanzos picantones y el avajao bornicho.
De Bornos a Prado del Rey
Tras visitar Bornos, el siguiente pueblo será Prado del Rey. Toma la carretera de Antequera, seguida de la A-384 y luego la A-373 durante 30 minutos; en total son unos 24 kilómetros.
Este pueblo blanco contiene el Parque de los Animales, el Parque Natural de los Alcornocales, el Cipo Funerario, el Centro de Interpretación Etnográfico, la iglesia Nuestra Señora del Carmen y la Plaza de la Constitución.
Y si quieres hacer algo diferente, puedes visitar los bares y discotecas de la ciudad, visitar los viñedos y sus bodegas y las Salinas de Iptuci.
La gastronomía típica de Prado del Rey está compuesta por platos como el salmorejo, el guiso de habas, los caracoles, el guiso de pata, el cocido de coles, el conejo con tomates y las tortas fritas.
De Prado del Rey a Grazalema
La siguiente parada será Grazalema, uno de los pueblos con el Casco Urbano declarado Conjunto Histórico que además tiene el mayor índice de pluviosidad. Para llegar desde Prado del Rey, toma la A-372 durante 42 minutos.
En Grazalema no puedes perderte el Mirador de Asomaderos, el Monumento al Toro de Cuerda de Grazalema, la Plaza de España, la iglesia de San Juan y la Calle Doctor Mateos Gago.
Como te habrás dado cuenta, aunque es un pueblo pequeño tiene mucho por ver: la iglesia de San José, el Mirador Los Peñascos, la calle Las Piedras y la calle Las Parras y la Calzada Medieval.
La gastronomía de Grazalema contiene muchos productos del campo, como el cordero al horno, la Sopa de Grazalema, la trucha, las tagarninas, las setas, el queso de cabra, el bollo de almendra y los espárragos trigueros.
De Grazalema a Zahara de la Sierra
Si quieres terminar esta ruta practicando senderismo, escalada, espeleología, kayak y demás deportes, este pueblo es ideal para ti. Para llegar a Zahara de la Sierra desde Grazalema toma la CA-9104 durante 32 minutos: poco menos de 16 kilómetros.
Desde las callejuelas hasta sus grandes miradores, Zahara está lleno de destinos. Algunos de ellos son: el Mirador de la Alameda de Lepanto, la calle Ronda, la Plaza del Rey y la calle El Fuerte de espalda a la iglesia de Santa María de Mesa.
Por supuesto, no puede faltar en tu recorrido el Castillo Zahara de la Sierra, los restos de la iglesia Mayor, la Torre del Homenaje con su increíble mirador y la plaza de San Juan.
Y para poder reponer energías después de visitar todo el pueblo, prueba las tagarninas, las gachas, las tortillas, las acelgas con espárragos y las acelgas con garbanzos, los quemones, la “sopa hervía”, la sopa de tomate y la carne de membrillo. Si aún no tienes plan para tus próximas vacaciones, descubre en coche la ruta de los fascinantes pueblos blancos de Andalucía: es un encuentro con la historia, el paisaje, la gente y la gastronomía de una de las zonas más emblemáticas de España.
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