¿Conoces los principales combustibles alternativos?
Los combustibles alternativos son aquellos combustibles o fuentes de energía que sustituyen completa o parcialmente a los combustibles fósiles clásicos (petróleo, carbón y gas natural), según la directiva 2014/94/UE.
Se consideran combustibles de este tipo: la electricidad, el hidrógeno, los combustibles sintéticos y parafínicos, y el gas natural, en forma gaseosa de GNC (gas natural comprimido) o en forma licuada de GNL (gas natural licuado), así como también el GLP (gas licuado del petróleo).
En el sector de la automoción, el paso a estas fuentes de energía suponen una revolución, ya que pueden contribuir a la descarbonización (o eliminación) de los combustibles fósiles y a mejorar el comportamiento medioambiental del sector del transporte. La razón del incremento del uso de estos combustibles es precisamente esta, cuidar el ambiente. Una conducta que se incrementa progresivamente, tal como se puede verificar por la alta demanda actual de coches eléctricos así como la gran cantidad de coches ofrecidos por el renting que incluyen automoción con estas tecnologías alternativas.
Conoce a continuación cuáles son los principales combustibles alternativos, sus características y ventajas, y las grandes transformaciones que traerán en la sociedad del futuro.
La electricidad, el combustible alternativo por excelencia
El acelerado desarrollo de las tecnologías que incrementan la autonomía de los vehículos eléctricos permite cada vez más el uso de la electricidad como combustible. Las baterías de los coches eléctricos e híbridos enchufables almacenan la energía necesaria para la automoción.
El beneficio del uso de la electricidad para el transporte es que no genera contaminación. Sin embargo, esta energía puede producirse en plantas termoeléctricas que consumen combustibles fósiles. Esta situación apunta a que cambiará progresivamente con la instalación de plantas de energías solar y eólica que aporten electricidad a la red de forma sostenible.
El incremento en el uso de la electricidad como fuente de energía para el transporte se debe a que es altamente eficiente. En España se dispone de una extensa red eléctrica y la cantidad de puntos de recarga para los coches aumenta de forma consistente.
Hidrógeno
El hidrógeno designa tanto al elemento químico como a la molécula. Esta es la más simple y pequeña, y está compuesta por dos átomos de hidrógeno. La tecnología ha hecho posible que esta molécula sea usada en células de combustible para generar electricidad o calor, y también para ser quemado en motores de combustión interna.
De esta forma, los coches de tracción mecánica funcionan con un motor alimentado con un combustible que contiene hidrógeno, el cual se combina con oxígeno y con otras sustancias. En el caso de las baterías con células de combustible, estas alimentan un motor eléctrico encargado de la tracción.
La utilización del hidrógeno para combustión brinda la ventaja de generar cero emisiones de gases contaminantes. Sin embargo, tiene la desventaja de que exige gran cantidad de energía para producirlo porque no se encuentra libre de forma natural.
La limitación actual de este combustible alternativo es el alto coste de la producción de vehículos de hidrógeno y la necesidad de crear una red de infraestructuras de abastecimiento.
Biocarburantes y aprovechamiento de la biomasa
Los biocarburantes son combustibles líquidos o gaseosos para transporte producidos a partir de la biomasa, que es una fracción biodegradable de los productos, desechos y residuos procedentes de la agricultura, de la silvicultura y de las industrias conexas, así como la fracción biodegradable de los residuos industriales y municipales.
Los principales biocarburantes son el bioetanol, el biodiésel y el hidrobiodiésel.
Bioetanol y su producción sostenible
El bioetanol es el biocombustible líquido más usado actualmente en el transporte y posee la mejor proyección para producirse abundantemente y de forma sostenible.
Gracias a los últimos avances tecnológicos, es posible su producción industrial a partir de materias primas como la caña de azúcar, el trigo, el maíz y los residuos con un alto contenido de azúcar o almidón. Genera hasta un 90% menos de CO2 que el diésel estándar.
Biodiésel, versatilidad del combustible
El biodiésel, también conocido como FAME (del inglés Fatty Acid Methyl Ester o metil éster de ácidos grasos), es un biocombustible líquido obtenido mediante procesos industriales de esterificación y transesterificación de lípidos naturales como aceites vegetales o grasas animales, con o sin uso previo.
Tiene la versatilidad de que puede mezclarse con diésel o emplearse en forma pura al 100%. Reduce las emisiones de CO2 hasta en un 85% en comparación con el diésel estándar.
Hidrobiodiésel
El hidrobiodiésel (HBD) es un biocombustible líquido producido mediante un proceso de hidrogenación catalítica de grasas animales y aceites vegetales. Las propiedades físicas del HBD lo convierten en un producto ideal para ser usado como combustible de motores diésel.
La ventaja de este biocarburante es que, por su compatibilidad con el gasóleo, puede emplearse en los motores convencionales de ciclo diésel. No compromete el funcionamiento de los motores y reduce las emisiones de CO2 hasta en un 90%.
Combustibles sintéticos
Los combustibles sintéticos implican procesos industriales donde se captura el CO2 y, con la ayuda de electricidad, se produce gasolina, diésel y un sustituto del gas natural. También se les conoce como combustibles neutros.
Este combustible sintético puede utilizarse en motores diésel y de gasolina sin necesidad de modificaciones. Aunque los niveles de emisión de CO2 de los vehículos es el mismo, el proceso de fabricación del combustible sintético no emite gran cantidad de partículas contaminantes a la atmósfera.
Gas natural: entre los principales combustibles alternativos
El gas natural es el metano que se encuentra en la corteza de la Tierra y puede ser extraído de pozos gasíferos o durante la explotación de petróleo. Este combustible fósil puede considerarse alternativo debido a la reducida emisión de CO2. Existen 3 tipos de combustibles obtenidos a partir del gas natural:
GNC (gas natural comprimido)
El gas natural comprimido (GNC) está compuesto en un 80-99% de metano (CH4) y el resto por dióxido de carbono, nitrógeno e hidrocarburos. El uso de este combustible genera un 30% menos de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y un 65% menos de monóxido de carbono (CO) que el diésel.
GNL (gas natural licuado)
El gas natural licuado es básicamente el metano procesado en forma líquida para ser utilizado en automoción de coches. El valor energético del metano proviene del alto índice de hidrógeno (CH4).
GLP (gas licuado del petróleo)
Es la mezcla de los gases propano y butano derivados del proceso de refinación del petróleo, que son licuados para facilitar su transporte y uso en la automoción.
Los avances de la tecnología automotriz están orientados a diseñar coches que empleen estos combustibles alternativos en sustitución de los motores de combustión interna convencionales.
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