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Caja de cambios
La caja de cambios o caja de velocidades forma parte del sistema de transmisión, que intermedia entre el cigüeñal y las ruedas. Es básicamente el sistema que asegura el movimiento del coche, aumentando o disminuyendo la velocidad.
La función de la caja de cambios es transmitir la fuerza del motor a las ruedas y que tengan el par motor suficiente para mover el vehículo cuando está parado, así como invertir el sentido de las ruedas para lograr la marcha atrás, y poder desacoplar el motor de la transmisión para dejar el vehículo en puerto muerto.
Es decir, la caja de cambios ayuda a regular la velocidad mediante un sistema de engranajes cuando el automóvil está tanto detenido como en movimiento.
La caja de cambios está situada antes del motor y va acoplada al volante de inercia, recibiendo movimiento a través del embrague en transmisiones manuales, o a través del convertidor de par en transmisiones automáticas.
¿Por qué es importante la caja de cambios?
Si los coches no tuvieran caja de cambios, y el motor se conectara con las ruedas directamente, solo podría aumentar o reducir la velocidad en función de la pendiente de la vía y se detendría al haber perdido velocidad.
En cambio, con la caja de cambios, se puede aumentar o reducir la velocidad e incrementar o disminuir la potencia siempre que sea necesario, así como mantener el vehículo en punto muerto cuando está detenido. Esto se produce gracias a un sistema que desacople el giro del motor de la transmisión, es lo que conocemos como embrague o convertidor de par.
Tipos de cajas de cambios
Podemos distinguir cuatro tipos de cajas de cambio:
- Caja de cambios manual o sincrónica: es la más habitual y se diferencia con el resto en que es necesaria la acción del conductor a través de la palanca de cambios para reducir o aumentar la velocidad.
- La caja de cambios automática o hidromática: determina el cambio de las velocidades de forma autónoma y progresiva a partir de un dispositivo electro-hidráulico que mide las relaciones entre la potencia del motor, la velocidad, la presión sobre el acelerador y la resistencia a la marcha. Ahorran un 10% de combustible y cada vez son más comunes.
- Caja de cambios pilotada o robotizada: presenta un control electrónico para el embrague y la caja de cambios. Este tipo de caja de cambios automática es la más extendida a día de hoy por su bajo coste.
- Caja de cambios con variación continua: conocida como caja CVT, tiene un controlador electrónico y caja automática, y es la menos común, aunque en ciclomotores son muy frecuentes.
Cuidados para las cajas de cambios
Para proteger las cajas de cambios de daños innecesarios, conviene no dejar la mano sobre la palanca mientras se conduce, ya que esta leve presión genera roces y desgaste en las cajas de cambios manuales. Tanto las cajas manuales como las automáticas necesitan mantenerse muy bien lubricadas, las primeras con valvulina y las segundas con ATF (Fluído de Transmisión Automática), de esta manera se mantiene la temperatura y se reduce el desgaste por roce o fricción.
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