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Bomba de agua
La bomba de agua se encarga de controlar la temperatura del motor de un coche, es por ello que tiene como misión distribuir el refrigerante para expulsar al exceso de calor fuera del motor. Gracias a un termostato y a un radiador, la bomba de agua puede hacer circular el líquido refrigerante por los distintos conductos que recorren el bloque motor o la culata. De esta manera, se crea un circuito estanco que evita las pérdidas de fluido.
La temperatura de trabajo el motor es primordial para que éste funcione correctamente y con total fiabilidad. De no ser así, muchos materiales y elementos, como las juntas o en lubricante, pueden sufrir daños irreversibles o una pérdida de sus propiedades.
Componentes de una bomba de agua
En un principio, las bombas de agua eran de hierro, sin embargo, en la actualidad el material que se utiliza es el aluminio fundido. Los elementos que componen una bomba de agua son:
- Polea
- Eje de rodamiento
- Hélice
- Eje armado
- Cierre
El eje de rodamiento se encarga de comunicar la hélice con la polea. Para ello el eje es movido mediante una correa de distribución o por otra correa de servicio o un accesorio auxiliar.
Los dos elementos que se pueden considerar fundamentales para que una bomba de agua funcione correctamente son el eje armado y el cierre, ya que ambos aseguran la estanqueidad del conjunto.
Cómo funciona la bomba de agua
El equilibrio térmico del motor de un vehículo se logra mediante la circulación constante del refrigerante. Esto garantiza que las condiciones de funcionamiento del motor sean óptimas, provocando la combustión del carburante, la reducción de emisiones contaminantes y la lubricación, es decir, una mejora del rendimiento del coche.
La combustión en el interior de los cilindros somete a los distintos elementos mecánicos a temperaturas extremas. Sí esto no se contrarresta de alguna forma, como una buena refrigeración, se acabará provocando una rotura terminal del motor, también conocida como gripado del motor.
Averías en la bomba de agua
Las averías más habituales de la bomba de agua suelen estar relacionadas con la tensión de la correa de accionamiento o con una fuga del líquido refrigerante. La calidad de este líquido influye directamente en la vida útil de la bomba, asimismo, su sustitución en los plazos previstos evita que pierda sus propiedades.
Por otra parte, es erróneo pensar que el líquido refrigerante puede sustituirse por agua, ya que puede perjudicar la bomba de agua. El claro puede oxidar la bomba al reaccionar con algunos de los materiales con los que se fabrican los motores de última generación. Lo malo es que no sólo se avería la bomba, sino que también puede causar problemas en otros elementos como el radiador o la tapa de los cilindros.
Normalmente, las averías en la bomba de agua suele ser debidas a fallos en las juntas, el eje o la hélice. Todos estos fallos dan lugar a problemas muy graves, generando sobrecalentamiento, desacoplamiento o rotura de la correa de distribución o de servicio, en definitiva, una avería irreparable en el motor.
Cómo evitar una avería en la bomba de agua
Para detectar algún tipo de avería en esta pieza se pueden tomar una serie de medidas, como por ejemplo:
- Evitar que la temperatura sobrepase el límite (suele estar entre 95 ºC y 104ºC según el motor).
- Utilizar el líquido refrigerante recomendado por el fabricante.
- Sustituir la correa de distribución cuando así lo indique el fabricante y evitar que se tense en exceso con el fin de no forzar el eje de rodamiento.
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