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Guardabarros
El guardabarros, también conocido como guardafangos, es una parte de la carrocería del coche que se mantiene vigente por su sencillez y funcionalidad. Esta sencilla pieza se encarga de proteger al propio vehículo, a los pasajeros, otros coches e incluso a los peatones, de aquellos elementos que puedan ser despedidos por la fuerza centrífuga generada por las ruedas al desplazarse por la calzada, es decir, evita que las pequeñas piedras, arena o líquidos de la carretera o caminos, que entran en el neumático al circular por una carretera o camino, salgan disparados.
Consiste fundamentalmente en una pieza curva que enmarca tanto las ruedas delanteras como las ruedas traseras, para evitar estas salpicaduras. Además, puede venir acompañado de un faldón de material flexible, común en los coches SUV o todoterrenos.
Funciones del guardabarros
- Protección: el guardabarros resguarda al motor, la carrocería y las ruedas del coche de elementos externos que puedan causar daños (arena, piedras, lodo). Además, protege a otros vehículos y peatones de posibles salpicaduras o impactos.
- Seguridad: muy relacionada con la función anterior, evita que el propio vehículo, otros coches y peatones reciban impactos o salpicaduras de las ruedas. Además, permite es flexible ante impactos para proteger a los ocupantes del coche en caso de accidente.
- Aerodinámica: evita la resistencia al viento.
- Diseño: aportan un aspecto más atractivo al coche.
Mantenimiento
El mantenimiento del guardabarros es muy sencillo. Se reduce a una limpieza continua para que esté libre de las adherencias propias de la carretera. Esta limpieza se basa en lavar con agua y jabón las impurezas que se hayan pegado al guardabarros.
Además, es conveniente revisar con cierta regularidad el estado de su estructura. Puede que una conducción brusca, sobre todo en carreteras irregulares, produzca impactos que lo desajusten y así, evitar daños mayores.
Las solapas del guardabarros son particularmente útiles cuando se conduce en condiciones de lluvia, nieve o barro, porque evitan que los elementos corrosivos lleguen a partes sensibles del coche y, para resguardar a otros conductores. En caso de faltar las solapas, deben ser repuestas de inmediato por seguridad del propio vehículo y del resto.
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